En el día de ayer, jueves 20 de agosto, el Juez penal de primera instancia, Santiago Banegas, en un intento por romper el derecho constitucional de huelga de los trabajadores textiles, intimó al Jefe de la Unidad Regional Novena, para que se garantice la reapertura de producción, en defensa del interés económico privado de la empresa.
Banegas, ordenó que se liberarán los accesos al Parque Industrial Reconquista y a todas las plantas de producción. Así, se pudo ver en horas de la madrugada de hoy, el acceso de entrada a la planta, totalmente liberado, en cumplimiento de la disposición judicial. Los obreros de Algodonera Avellaneda, que vienen reclamando hace mas de setenta (70) días, por un salario justo que les permita vivir dignamente, siguen acampando al costado de los portones de la empresa, resistiendo las bajas temperaturas de invierno y el hambre, producto de la falta de ingresos económicos (cabe destacar que la empresa, en una de sus tantas artimañas para debilitarlos, no reclamó para ellos la ATP del 50 por ciento de su salario, que paga el gobierno)
En el marco de la orden judicial dictada, se vivieron momentos de tensión e incertidumbre en la madrugada de hoy, ya que corrían rumores acerca de un posible enfrentamientos entre trabajadores. Hay que hacer mención a un trágico episodio ocurrido éstos días, cuando a instancias del abogado de la empresa, el doctor Vizcay, quién dio la orden de ingreso a la planta, dos trabajadores aceleraron sus motos y atropellaron a dos de sus compañeras, ocasionándoles lesiones y teniendo que ser hospitalizadas.
Bajo un exagerado despliegue de fuerzas de seguridad (alrededor de diez móviles policiales), cuyos uniformados, amedrentando y criminalizando la protesta social, filmaban y sacaban fotos de los manifestantes (que no estaban cometiendo ningún delito), todo por suerte transcurrió con normalidad y de forma pacífica.