El miércoles, 17 de mayo, se tornó público, a través de las organizaciones Globo, la denuncia del dueño de la JBS, la mayor productora de proteína animal del mundo, contra Michael Temer y sus aliados.
La grabación comprueba la participación de Temer en la coima mensual dada a Eduardo Cunha, ex presidente de la Cámara Federal a cambio de su “silencio”. Sin popularidad alguna (96% de los brasileros consideran al gobierno de Temer como ruin o pésimo), enfrentando la resistencia de diversos sectores de la sociedad e, en especial, de los trabajadores en lucha contra las medidas anti- populares, como las reformas laborales y de la previdencia social (jubilación, pensión), Temer parece estar con los días contados en la presidencia de la República del Brasil.
A pesar de las tensiones y contradicciones inter-burguesas y entre los poderes del Estado burgués brasilero, sabemos que el programa de medidas anti-populares contra los derechos sociales, políticos y trabajadores unifica la burguesía y es vital para la manutención de la acumulación capitalista en el Brasil y en el mundo.
Hoy los mismos sectores conservadores de la sociedad brasilera que apoyaron y colocaron a temer y a sus aliados en el poder, como a Red Globo, apuestan a su caída y negocian una salida por lo alto, un pacto en el interior de la clase dominante sin participación efectiva de la clase trabajadora, probablemente en la dirección de una elección indirecta a ser conducida por el corrupto y degenerado parlamento brasilero.
En este momento, la única certeza en el Brasil es que los poderosos construirán un nuevo pacto burgués que haga avanzar el proceso de retirada de los derechos de los trabajadores, con la intensificación de la criminalización de los movimientos populares y más restricción a la participación política de los trabajadores en la ya limitada democracia burguesa. O sea, entrega los anillos para no perder los dedos.
*Daniel Oliveira, escritor, professor e militante da corrente sindical Unidade Classista (Brasil)