Los niños y niñas tienen reconocido el derecho a la vida y a la salud en la Constitución Nacional (CN), en forma implícita (art. 33, CN) pero también de manera explícita (art. 75 inc. 22, CN), pues están reconocidos en diversos tratados sobre Derechos Humanos y, en general, en las constituciones provinciales. Lo cierto es que en el Departamento General Obligado del norte de la provincia de Santa Fe, esto parece ser solo letra muerta, ya que al Ministerio de Salud de la provincia parece no importarle en absoluto las graves falencias del sistema de salud pública del norte provincial.
Reclamos por una guardia externa de pediatría
En horas de la tarde del pasado domingo 31 de octubre, se llevó a cabo una concentración de vecinos frente al Hospital Central Reconquista para seguir visibilizando la necesidad que viene desde hace muchos años de implementar una guardia pediátrica externa de 24 hs.
El caso Valentina Ramoa Queral
Hace poco mas de dos años que Valentina ya no está entre nosotros debido a la falta de recursos humanos en el hospital y también a la impericia en la atención médica necesaria en tiempo y forma. Desde ése día, se vienen sucediendo movilizaciones hacia el hospital los últimos domingos de cada mes, a partir de las convocatorias que encabeza Mauro, el papá de Valentina, que a pesar de su inmenso dolor, sigue adelante en la lucha para que a nadie mas le pase lo mismo que le pasó a él.
Una ministra ausente
Sonia Martorano, actual ministra de salud de la provincia, está totalmente desentendida del tema, parece importarle muy poco. No contesta los llamados telefónicos y se niega a tratar el asunto para solucionarlo.
Ante todo las prioridades
Otro que brilla por su ausencia, es el médico Amadeo Enrique Vallejos, quien ocupa el cargo de Intendente de la ciudad de Reconquista. Desde que se empezó a visibilizar el grave problema existente de no contar con una guardia pediátrica externa, a través de encuentros y movilizaciones todos los meses en el hospital, no acudió a ninguna de las citas. Este fin de semana que pasó, sin ir mas lejos, decidió ir a comer tortas fritas al puerto y sacarse fotos con cantantes de cumbia en vez de acompañar con su presencia el genuino reclamo de los vecinos de la ciudad ante la vulnerabilidad de un derecho elemental como lo es el acceso a la salud de nuestros niños.