noviembre 30, 2023
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La plaza de la memoria y el príncipe del manicomio

No es habitual festejar un cumpleaños después de muchos años sin hacerlo. Los cumpleaños colectivos llevan una impronta muy arraigada a lo popular, por más que se intente direccionarlos siempre van a estar arraigados a esas historias infinitas que se entrelazan para mostrar que- muy a pesar de quien cuente la historia- es una, inmersa en un enjambre de individualidades que dejan de serlo para convertirse en ese todo colectivo que tratamos de entender y reproducir lo mejor de él.

De esta confusa idea emergió otra, la de festejar 116 años de vida e historias. Lo cual no deja de ser una búsqueda y una costumbre gallaretense que indaga todo el tiempo sobre sus orígenes, tratando de encontrar en lo más llano del pueblo la fuerza necesaria para regar de esperanza la desesperanza, esa que sobrevuela como tragedia constante el espacio aéreo de nuestro inconsciente colectivo.

El cumpleaños 116 de La Gallareta bien podría haberse llamado “La esperanza se impuso a la desesperanza”. Pero la realidad es que ya es un poco tarde para buscar un nombre, pero sí es tiempo de pensar y recordar cómo el domingo 20 de febrero la plaza se fue colmando poco a poco y el encuentro se hizo genuino.

La plaza de La Gallareta no solo es pintoresca sino una de las más bonitas del norte santafesino, el último año se la pasó recuperándose del daño que le ocasionó un tornado que la dejó prácticamente destruida, y el último año también, se convirtió en un espacio de la memoria colectiva, ya que en su suelo nacen cada día las figuras y la memoria de Rubén Sabino Duré y de Alberto “el indio” Galarza, el primero secuestrado por grupos parapoliciales el 19 de diciembre de 1974 en La Matanza y el segundo secuestrado en Rosario, el 22 de mayo de 1977 por la dictadura cívico- militar. Ambos con pasado en La Gallareta.

Un cumpleaños sin memoria es darle oportunidades a la desesperanza y creer que sus garras solo acarician tiernamente la nostalgia. Adrián Abonizio, antes de interpretar su canción “El príncipe del manicomio” lo notó, los trajo al presente y fue hermoso, “un trovador que resiste, anda y se ha gambeteado a todos, vio lo que casi ninguno y le dio sentido”.

La plaza se llama San Martín y en la memoria colectiva de la comunidad anida el recuerdo de que en sus orígenes se proyectaba cine. La Forestal se consolidaba tras las grandes huelgas de 1919, 1920 y 1921, y las reivindicaciones que los obreros arrancaron mediante la lucha y sangre derramada, se implementaban- entre tantas- una de ellas era la recreación, por entonces y por algún tiempo el centro de la plaza fue objeto de la proyección de películas, que jamás arrancaban sin la presencia del gerente de la compañía. Todo impulsado por La Forestal, para borrar la memoria de cientos de obreros masacrados por la represión de la empresa y del Estado. De allí hasta aquí, eso caló hondo y nos fuimos dividiendo, trabando en el tiempo, siempre tomando impulso para nunca animarnos a saltar.

La plaza colmada de gente y artistas el 20 de febrero de 2022 para celebrar el cumpleaños 116 de Gallareta, nos dio un nuevo impulso del que no debemos dudar al momento de saltar, en algún modo, todas y todos fuimos príncipes y princesas en este- nuestro- manicomio.

La Gallareta agradece a quienes participaron del encuentro con nuestros origines:

Rubén Fabre y al Taller Comunal de Folclore
Saúl Folla y al Taller Comunal de Guitarra y Canto
Aymara Losa
Lisandro Murray
Guillermo Becerra
Lumila Palavecino
Florencia Ávalos
Adrían Abonizio
Gastón Hermier
Melisa García
Grupo Fénix
Comparsa Saicambita
Pasión Samba
Músicos y bailarines que se sumaron durante la tarde noche

Por Camilo Di Croce

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