Tras unos meses de que el Concejo de Reconquista aprobara el proyecto de construcción de una torre que destruirá la vieja Escuela Comercio, desde www.rayaalmedio.com charlamos con Alba Zanon y Gabriela Mai, activistas por el patrimonio cultural y ex alumnas de la escuela, quienes aún no se resignan a perder, al menos, la fachada de lo que fue la casa de estudios durante 60 años de miles de Reconquistenses.

¿Qué pasó desde que se aprobó el proyecto?
Alba: “Una vez aprobado el proyecto hicimos un reclamo a Defensoría del Pueblo, quienes nos respondieron que, sobre la cuestión del patrimonio histórico no pueden hacer nada porque es una decisión municipal y que sí podían actuar con respecto al medio ambiente, pero como todavía no habían mandado nada, entonces no podían hacer nada, se que mandaron un oficio a la municipalidad cuya respuesta del Intendente fue que por el momento no había entrado nada, como que los Vicentín no habían presentado nada al municipio, a pesar de que ya había sido aprobado el proyecto en el Concejo”.
¿Aprobaron un proyecto sin una presentación formal?
Alba: “Sí, es como que aprobaron un anteproyecto”.
¿Ese anteproyecto tiene algún estudio de impacto ambiental?
Alba: “Hay quienes dicen que sí y quienes dicen que no, yo hablé personalmente con Sergio Vicentín en septiembre y el dijo que sí, que ya estaba todo aprobado, pero en la municipalidad me decían que ahí no había entrado nada. Actualmente pregunté en la municipalidad en “obras públicas” y “obras privadas”, hablé con la Arq. Miriam Di Leo (jefa de Planeamiento urbano), quien me dijo que hable en “obras privadas” que ya estaba presentado ahí, entonces seguí con Ornella Dacci y no te aclaran bien si está aprobado o no, o si ASSA y la EPE lo aprobaron”.
¿Para cuándo está previsto que arranque la obra?
Alba: “Cuando hablé con Vicentín me dijo que sería para marzo, mas o menos, pero ¿cómo –le dije- van a derrumbar un edificio si siquiera lo tienen aprobado? El edificio se va a hacer igual-respondió Vicentín- a lo mejor con menos pisos”.

Patrimonio Cultural
A renglón seguido, las activistas vuelven a mandar una nota al Concejo de la Ciudad, donde reclaman que ese edificio no fuera declarado patrimonio cultural “y donde explico-continúa Alba- porque debe ser declarado, por la antigüedad del edificio, por la estructura antigua, porque es una reliquia histórica y por haber sido escuela durante 60 años”. Además pidieron que se organice una comisión en el propio Concejo para que lo declaren patrimonio “y que por escrito me respondan el por qué no había sido declarado, cosa que tampoco me respondieron”-finalizó Alba.´
Falta de apoyo
Gabriela Mai, otra de la activistas por el edificio relató: “Las firmas que se juntaron son de los vecinos que van a tener el grave problema del impacto ambiental, pero no hay apoyo, teníamos apoyo de los arquitectos pero ellos se sentían solos porque éramos nosotros y nadie más, ni la Escuela de Comercio nos contestó, dijeron que iban a hablar con los profesores pero nunca nos dijeron nada sobre la Escuela, como institución, que también nos pedían los arquitectos que juntemos alguna institución para tener peso, porque nosotras nos sentimos débiles y tienen razón. Además completó “Nosotras no tenemos compañía, más que una firma, pero cuando le decís que tienen que ir a tal o cual lado para apoyarnos no va nadie”.
Acota Alba sobre los vecinos “Estoy totalmente decepcionada con la sociedad de Reconquista porque son unos cómodos, unos achanchados, no les importa luchar por una causa social, lo único que les interesa es de puertas para adentro, todo lo que es ganar un peso o que les de rédito, lo suyo, lo personal, no quieren involucrarse en una lucha”. Agrega Gabriela: “Vemos en la página (de Facebook) mucho apoyo de la gente que no vive acá, gente de Buenos Aires, Santa fe, Cordoba, etc, nos dicen que sigamos luchando, que defendamos la escuela, que ahí fue mi hijo y cosas así.
El castillo Villa Margarita y las casas del patrimonio histórico
A fines de la década de los 90, una edificación con forma de castillo, de las pocas de toda la zona, fue demolida para dejar paso al progreso que en ese momento significaba una estación de servicio de combustible, hoy el lugar está ocupado mayormente por El pulqui. Al respecto Alba nos dice: “Después de lo que pasó con Villa Margarita le dieron importancia, cuando los Concejales se dieron cuenta de eso, ya estaba todo vendido y no pudieron hacer nada nos dijeron. Entonces, para que no vuelva a pasar, hicieron la ordenanza del año 2003 para declarar patrimonio cultural a diferentes edificios, fueron declarados más de 30 edificios que no se pueden tocar, todos son propiedad privada y este edificio de la Escuela Comercio no se sabe bien por qué no fue incluido, yo hablé con Morzán, que era intendente en ese tiempo, y él me dijo que se le pasó por alto, que no entendía el por qué tampoco”. -Reiteró Alba-. “Otros decían que era porque tiene la fachada parecida a otros edificios”-dijo Gabriela.

“Nosotros sospechamos de que había algo más, -argumentó Alba- que había otro interés de parte de los Vicentín-Capozzolo, porque la casa de Capozzolo que está frente a la AFIP tampoco figura, entonces digo, que raro que esas dos casas que pertenecen a la misma familia no hayan sido declaradas patrimonio”.
La ordenanza 4.847/03 que enumera las propiedades del patrimonio histórico asigna también, en su artículo segundo, a una comisión autónoma la facultad de ser “consultada oportunamente según cada caso o podrá intervenir de oficio en otros”, algo que en esta ocasión no sucedió con la ex Escuela Comercio. También resulta interesante observar que en el listado del patrimonio aparecen las escuelas normal, Pizzurno, Rivadavia y Gral. Obligado y la escuela Comercio que funcionó en ese lugar hasta ese mismo año no aparece.
Sin embargo, en el año 2005, bajo la ordenanza 5.246/05, el Concejo Municipal autoriza a la intendencia a comprar por 750 mil (la ordenanza no aclara la moneda en que se realizó la compra, suponemos son pesos) el “Hotel Plaza” ubicado en la esquina de Patricio Diez y Obligado, aduciendo en los considerandos al “importantísimo objetivo de preservar al mismo como patrimonio histórico, arquitectónico, urbanístico, cultural” tomando además como antecedentes lo ocurrido con el edificio Villa Margarita y con el Cine Recite.
La Asamblea
“Por ley de debía hacer una asamblea publica-dice Alba-. En la asamblea había muchos arquitectos, ex alumnos y vecinos, y nosotras nos fuimos re-contentas porque estaba todo el mundo en contra. Los arquitectos expusieron, desde su profesión, nosotras también opinamos y era toda una atmósfera en contra del proyecto”.
A pesar de que la asamblea que debiera servir para saber si la ciudadanía estaba de acuerdo con semejante cambio en la estructura urbana, ésta no fue tenida en cuenta por los Concejales a la hora de aprobar el proyecto, dice Alba “Fue como si no se hubiera hecho, no la tuvieron en cuenta para nada lo que se dijo ahí”.
“También estaban los arquitectos que van a hacer la obra-agregó Gabriela-, que son todos de Resistencia (Chaco), y ahí dijeron que la fachada iba a desaparecer”.
¿Por qué no conservan la fachada?

“Porque dicen que no va a resistir -explica Gabriela- a semejante movimiento de suelo, según dijeron los arquitectos. Les conviene tumbarla y volver a hacerla, nos dijo Sergio Vicentín”.
¿Cómo sigue la lucha?
“Nosotros no nos resignamos a que eso pase. Yo seguí con lo que pude –dice Alba-, esa nota que presenté al Concejo, en la que pido que se declare patrimonio cultural fue a archivo, así que no hay ningún interés en que hacerlo. Pero nosotras no nos resignamos ni nos conformamos”.
Para terminar, y como se puede observar, tanto las herramientas legales para intervenir por la preservación de la ex escuela Comercio, desde que se trasladó a su nueva casa en el año 2003-4 hasta el 2018 que se decidió su destrucción, como el rechazo de los vecinos, profesionales y ex alumnos en la Asamblea realizada precisamente para saber la opinión de los habitantes, daban todos los argumentos necesarios para que el Concejo y finalmente el Intendente, decidieran intervenir en favor de la conservación, pero no se quiso actuar ya que los intereses privados y económicos de los Vicentín parecen (y los hechos lo demuestran) tener más fuerza que los ciudadanos.