El ciudadano Argentino Facundo Molares se encuentra detenido ilegalmente por el gobierno de facto que efectuó el golpe de estado contra el compañero Evo Morales en Bolivia.
Facundo es militante comunista y se encontraba finalizando el mes de Octubre, en el hermano país, realizando su trabajo de foto-reportero para la revista Centenario. Durante su estadía en Bolivia sufrió una grave afección renal, con un delicado cuadro clínico que hizo necesaria su hospitalización.
En esas condiciones, el 29 de noviembre realizaron una audiencia cautelar dentro del hospital donde le dictaron la prisión preventiva. En esa audiencia el juez dictaminó que Facundo debía permanecer en el Hospital hasta que las autoridades médicas le dieran el alta, el nueve de Diciembre una patrulla policial con un certificado médico donde otorgaban el alta y lo trasladaron al penal de Palmasola y luego al de Chonchocoro, que es de máxima seguridad.
Los familiares, amigos, compañeros, camaradas de facundo, diversas organizaciones sociales, políticas, nos solidarizamos con el y pedimos por su libertad y seguridad. Hoy viernes 13/12 a las 19 hs en la cede de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (Bs As. Av. Corrientes 1785 2° c) se realizaba el primer encuentro para conformar el comité de Solidaridad con Facundo.
Son de público conocimiento las violaciones a los Derechos Humanos por parte de la dictadura boliviana y el hostigamiento hacia los militantes u organismos que pretenden difundir y mostrar la dictadura en el vecino país.
Gracias al esfuerzo y solidaridad de much@s, sobre todo de la izquierda, el caso de Facundo llega a todos los rincones. Porque los medios hegemónicos y los gobiernos no tratan el tema.
Desde Reconquista, provincia de Santa Fe acompañamos y hacemos nuestro el pedido de libertad.
JAVIER NIEVAS- MTL RQTA – www.rayalmedio.com.
A continuación el comunicado del Padre de Facundo.
“BOLIVIA ATRAVIESA UNA DICTADURA MUY CRUEL”
Hoy estoy gritando por la libertad de mi hijo. Facundo estaba en Bolivia registrando fotográficamente las movilizaciones y reclamos, trabajando para la revista Centenario. Uno de los últimos días de octubre me llamó y me dijo: “Papá, estoy con fiebre. Me parece que tengo hepatitis o me picó un mosquito y tengo paludismo”. Lo atendieron en una salita de auxilio; su cuadro empezó a empeorar y quisieron trasladarlo, pero las rutas estaban bloqueadas. A través de un llamado anónimo, el 11 de noviembre me enteré que lo habían dejado en una clínica aledaña y al día siguiente lo derivaron al Hospital Japonés.
Nosotros somos argentinos, junto con mi esposa fuimos volando para Bolivia a buscar a nuestro hijo. En el hospital me dijeron que no había ningún Facundo Molares anotado; pregunté si habían registrado a alguien como NN y me respondieron que sí. Me llevaron a la sala donde estaba Facundo acostado en una camilla, todo entubado, en un coma inducido. El médico me explicó que tenía una insuficiencia renal aguda y que no le funcionaban los riñones. Nos prescribieron medicamentos, salimos del edificio para comprarlos en la farmacia de enfrente y tres individuos bajaron de una camioneta diciendo que eran policías y que debían tomarnos una declaración. Les pregunté si disponían de una orden judicial para llevarnos con ellos, pero lejos de una respuesta, nos esposaron y subieron a la fuerza al vehículo. Nos llevaron a una comisaría que queda a 60 kilómetros del hospital, nos retuvieron ¡25 horas! Nos sometieron a interrogatorios y maltratos psicológicos, en pésimas condiciones, sin baño, sin agua, sin comida, en celdas separadas. Nos soltaron al día siguiente casi a media noche y nos dijeron que si nos quedábamos en Bolivia, nos iban a masacrar, así, con esas palabras. No tuvimos más remedio que tomar el primer avión que salía para Argentina sin poder asistir a mi hijo.
Facundo seguía internado, pero ya en terapia intensiva, donde le realizaron diálisis. Para ese entonces él ya había despertado del coma, pero no era completamente consciente de todo lo que pasaba a su alrededor. En ese estado, y sin importarles nada, el 29 de noviembre realizaron una audiencia cautelar dentro del hospital donde le dictaron prisión preventiva. Lo incluyeron en una medida de causa en la cual está el intendente de Montero, una candidata a Diputada, Concejales, militantes del MAS, todas personas que se oponen al régimen actual, casualmente.
Si bien durante la audiencia cautelar el juez dictaminó que Facundo debía permanecer en el hospital hasta que las autoridades médicas le dieran el alta, el 9 de diciembre llegó una patrulla policial con un certificado médico, firmado por una mujer que nadie sabe quién es, donde le otorgaron el alta para llevarlo al penal de Palmasola y luego trasladarlo al de Chonchocoro, que es de máxima seguridad. Realmente, no hay otra manera de nombrarlo: es una dictadura. Yo no tengo otras palabras para tanta crueldad. En Bolivia hay un Estado de temor generalizado y debido a eso se me imposibilita conseguir un abogado. He querido volver a viajar, pero mi familia me lo prohíbe y gente de allá me ha dicho que solo por el hecho de tener el mismo apellido, me podrían masacrar. Sí, esa palabra que usaron los efectivos la tengo grabada en la cabeza.
Estamos buscando ayuda desesperadamente, es terrible la situación en la que se encuentra Facu. Sólo quiero volver a ver a mi hijo y que pueda volver a la Argentina para continuar con sus tratamientos médicos.