Se produjo esta mañana en Reconquista, una nueva movilización para repudiar el acuerdo de industrialización de carne porcina con China.
La movilización convocada por Inclusión Animal, El Partido Obrero y activistas independientes, comenzó a las 10 de la mañana y marchó desde Obligado y Patricio Diez hasta el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología en Obligado 975.
No queremos ser el Matadero del Mundo. No queremos más pandemias
Si bien la firma del acuerdo se postergó para noviembre, según se informó el ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto de la Nación, La postergación se orienta a la incorporación de un artículo a fin de asegurar “el respeto de las leyes de protección ambiental, los recursos naturales y la bioseguridad”, lo cual pone en evidencia que ni siquiera tenían en cuenta el medioambiente.
Dijo Felipe Solá, desde su cuenta de Twitter: “Hemos incorporado especialmente al Memorándum de Entendimiento con China un artículo donde se asegura el respeto de las leyes de protección ambiental, los recursos naturales y la bioseguridad. Por eso, su firma se atrasará hasta noviembre”.
El Canciller Solá ya nos trajo durante el menemismo, la soja transgénica y el glifosato que han cambiado nuestro paisaje deforestando millones de hectareas en todo el país y destrueyendo nuestro hábitat y el de miles de especies, además de las consecuencias del veneno en el ambiente que produce malformaciones genéticas y cáncer, y que ahora pretende llenarnos de fabricas de cerdos cuyo nexo con el hombre hace que las posibilidades de pandemias estén al acecho constantemente.
Este proyecto compromete gravemente la utilización de nuestros pocos recursos que nos quedan: agua, suelo, aire, montes. Se trata de la profundización del modelo extractivista insostenible, de la quema de humedales, los desmontes y el avance de la frontera agropecuaria con la exposición permanente a fumigaciones y más poblaciones envenenadas.
Es claro que esta postergación sólo busca ganar tiempo mientras por debajo se sigue trabajando en repartir la torta de la producción de las granjas porcinas, consiguiendo socios de la burguesía nacional que le aseguren al gobierno una mayor tranquilidad en el control de la población con falsas promesas de empleo y bienestar, que como ya hemos aprendido con la sojización, sólo redundan en mayor concentración de la riqueza y más expulsión del campesinado y pueblos originarios a las grandes ciudades aumentando la desigualdad y las malas condiciones para la vida.