Jorge Andres Vera, acérrimo defensor de la megaminería y antiambientalista asumirá en lugar de Laura Ropolo, quien pasará a cumplir la función de coordinadora de la Unidad Especial de Implementación del Plan Estratégico para el Desarrollo Minero Argentino (PEDMA), una hoja de ruta extractivista con la cual el gobierno del Frente de Todos busca conseguir dólares para el pago de la deuda con el FMI. En particular, como señala Econojournal, busca “llevar las exportaciones de US$ 3.200 millones a US$ 10.765 millones en una década. Pone el foco principalmente en incentivos para proyectos de oro, cobre, plata y litio.”
Vera proviene del ámbito académico. Es economista, becario postdoctoral del CONICET-UNRN y Profesor Adjunto de la Universidad Nacional de Río Negro y la Universidad Nacional del Comahue, con una orientación hacia el estudio de sectores productivos regionales. Y en los últimos años se dedicó a impulsar activamente la minería en diferentes países de Latinoamérica.
El flamante subsecretario recientemente brindó una conferencia que tituló “Desarrollo y ambiente. La confusión progresista” y fue organizada por la Cámara de proveedores mineros de Chubut (Capem), organismo que impulsa el proyecto de rezonificación para habilitar la megaminería a cielo abierto en esa provincia. Sus afirmaciones en ese marco dan una idea del enfoque que buscan Hensel y Alberto con su nombramiento:
“La minería es una oportunidad para subirse a la ventana de la transición energética en el mundo y luchar contra el calentamiento global”, señaló Vera. Y agregó, en referencia a la lucha popular contra la prohibición de la megaminería a cielo abierto, que “la minería no podría ser prohibida o ser una variable a no considerar para lograr estas políticas”. “Es necesario establecer políticas económicas y generar una agenda que involucre a la producción y al trabajo como principales banderas, pero en un marco de sostenibilidad ambiental”, agregó, en línea con el planteo del Ministro de Producción Kulfas. “
Sobre la megaminería en Chubut, el respaldo fue total: “El proyecto de zonificación minera de Chubut está orientado a fortalecer el empleo local y las compras locales”, afirmó.
A su vez, en un reciente artículo publicado en el portal Agencia Paco Urondo, Vera escribió: “Nuestro país necesita en forma imperiosa incrementar sus exportaciones e iniciar un sendero estable de crecimiento basado en el fomento de la producción que le permita —al menos— duplicar su PIB per cápita en la próxima década y garantizar empleo de calidad. Lejos estamos de ser un país que contribuya significativamente al calentamiento global y a la crisis climática mundial; para dar un dato, las emisiones de CO2 nacionales representan menos del 0,5% del total de emisiones mundiales. Confundir la agenda de desarrollo nacional con la europea es un error que puede costarnos demasiado caro en lo económico y en lo político”.
Se trata de un discurso, como señala Esteban Mercatante, de falso neodesarrollismo, que impulsa una matriz extractivista que incluye Fracking, agronegocio, megaminería, megagranjas porcinas, entre otras, con el fin de conseguir dólares que se van pago de deuda, y que lejos de un desarrollo sostenible implican un ecocidio sostenido en “zonas de sacrificio” de todo el país. En el caso de Vera, como se ve, este falso desarrollismo coquetea con una suerte de negacionismo sobre los efectos de estas prácticas la crisis climática global. Como si el desmonte, la explotación de combustible fósil (a manos de los principales gigantes contaminantes), o las megagranjas porcinas no tuvieran un rol central en la crisis climáticas denunciada por el informe del IPCC. En este sentido, en la charla citada directamente planteó que: “la minería no usa cantidades colosales ni de energía, ni de plosivos, ni agua, ni tóxicos”.